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RACIONALIZACION |
¿Qué es la racionalización de la energía eléctrica?
En la utilización de una instalación eléctrica, no es necesario tener una potencia disponible correspondiente a la totalidad de los usos simultáneos posibles. En efecto, el consumo total, si tiene lugar, se produce sólo en algunos momentos durante el día y de forma muy aleatoria (puede depender de la temperatura exterior, del día de la semana, del estilo de vida, etc.)
Por ello, en vez de contratar una potencia correspondiente al máximo de las necesidades, es más juicioso contratar una potencia eléctrica más baja y admitir, en contrapartida, detener algunos equipos domésticos durante un corto tiempo si se sobrepasa dicha potencia contratada.
La elección de los equipos que se pueden detener se realiza en función de las necesidades y del confort que cada usuario requiere en su casa. Es importante recordar que la inercia térmica de una vivienda permite el paro momentáneo de la calefacción eléctrica sin alterar lo más mínimo el confort, ya que la temperatura del ambiente no se alterará por dicho pequeño paro. Evidentemente, no se pueden parar funciones elementales como, por ejemplo, la iluminación o algunos aparatos electrodomésticos (refrigerador, congelador, etc.).
El racionalizador es, por tanto, el elemento que permite gestionar la instalación eléctrica mediante la medida del consumo eléctrico y controlar, en consecuencia, el funcionamiento de los circuitos no prioritarios.
Racionalizar el consumo eléctrico no es en sí mismo un elemento de confort suplementario para el usuario, sino la reducción del costo de explotación de la vivienda, gracias a una mejor gestión y adaptación del uso de la electricidad, sin perder calidad de vida y, de forma indirecta, contribuyendo a la sustentabilidad de su vivienda.